Probablemente no hay tiempo mejor que la
semana santa para entender lo que es la liturgia. Y tampoco para comprender si
el concilio vaticano II, del cual estamos celebrando en este año de la fe el
50º aniversario de su inicio, ha servido para algo.
Repito que ningún tiempo mejor que la
semana santa para entender lo que es la liturgia, porque ésta es definida por
el concilio vaticano II, en su constitución dogmática sobre la liturgia
Sacrosanctum Concilium, en el número 7 como “el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella, los
signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificación
del hombre; y así, el cuerpo místico de Jesucristo, es decir, la cabeza y sus
miembros, ejerce el culto público integro.”