En el marco de una jornada de ayuno y oración, que el Papa Francisco invitó a celebrar orando por la paz, la Parroquia celebró la festividad de Nuestra Señora del Rosario. Bajo la morada de la Madre, hemos puesto nuestra vida. El Triduo en Honor de la Virgen nos dio la oportunidad de contemplar a María de Nazaret como la mujer que aceptó los sueños de Dios en su vida y, disponiblemente, los hizo realidad con su sí. A ella encomendamos a todas las personas que hicieron posible la realización de esta fiesta.
